Hace unos dias se suscitó una discusión con un maestro, sobre la cantidad de trabajo que estaba poniendo; y ante la queja de sobrecarga, su respuesta fue muy acertada: "ustedes dicen pagar para que se les entregue calidad en la educación, pero cuando se les exige calidad, no la dan. ¿Cómo quieren ser profesionales exitosos y calidosos si no responden a las exigencias para lograrlo?.
La vida no es un juego de video que en cualquier momento lo podemos reiniciar, solo tenemos una oportunidad y la manera en como se aproveche y se le saque "el jugo", es con lo que cada dia nos vamos a construir. No todo es fácil, y que tal que lo fuera, no nos daríamos a la tarea de superar las barreras y dar un salto al siguiente peldaño, quedándonos estancados en la mediocridad que caracteriza la mayoría de la población colombiana, que por andar tratando de alcanzar paraisos terrenales inexistentes, nos negamos a la posibilidad de dejarnos "revolcar en el fango", el cual se quita solo con un poco de agua.
La exigencia y la dificultad, son necesarias para la formación, en todo lo que la palabra reúne, sin ellas estaríamos en un letargo cerebral porque no nos enfrentaríamos a las viscisitudes que frecuentemente nos se nos presentan y nos quedaríamos en la recitación de padrenuestros sin sentido tratando de alejar la cruel realidad.
Simplemente "la vida no es fácil" y entre más dificil se hace, más divertida se vuelve la aventura en la que solo se puede aprovechar la única oportunidad de jugar, más pensamos antes de actuar y más se agrandan nuestras capacidades, haciendonos mas calidosos, competentes y exitosos.
jueves, 22 de octubre de 2009
jueves, 15 de octubre de 2009
La Piedad
La siguiente apreciación es personal, no es la interpretación del autor, ni la unica, ni la infalible de esta obra, es simplemente una mirada optimista con una mezcla de tradición cristiana que le quiero dar a la muerte.
Lo que inicialmente muestra la escultura de La Piedad es a Cristo muerto en brazos de su madre. Sin embargo existe detrás de ella un papel de antónimo; a la muerte que aparentemente se ve, se contrapone la vida que esconde la escultura.
La tradición cristiana nos propone la muerte de Cristo paralela a su resurrección, en otras palabras a la vida, lo cual es plenamente observable en La Piedad si la miramos a la luz de la vida y no de la muerte.
En La Piedad, los clavos y la corona de espinas, símbolos de la muerte, aparecen en el piso, derribadas por la vida, vencidos por el renacer. Cristo se encuentra en los brazos de su madre como todo niño recien nacido, que al primer lugar donde va despues de salir del vientre es a los brazos de su progenitora como tratando de obtener la protección y el calor reemplazante del espacio que acaba de dejar. La escasa ropa con la que aparece, que en realidad no debió existir como manera de burla a su muerte, es en realidad muestra de la manera como todos nacemos, desnudos o envueltos en unas escasas toallas. Su rostro se aprecia como inherte, por el profundo sueño que caracteriza los primeros dias o meses de vida de una criatura en el cual esta sumergido.
Ahora dirigiendo la mirada a Maria, la madre, podemos visualizar la posición de su cabeza un poco inclinada hacia arriba, con la mirada fija en el cielo, como expresandole a su deidad las gracias por lo que acaba de ocurrir,la vida. Su rostro parece de angustia y de llanto, pero es muy comprensible si lo comparamos con un pabellón de neonatos donde casi todas las madres expresan la alegria del naciemiento de un hijo con lagrimas en los ojos y una mezcla de preocupación por todo lo que se va a presentar en la vida del infante.
Lo que inicialmente muestra la escultura de La Piedad es a Cristo muerto en brazos de su madre. Sin embargo existe detrás de ella un papel de antónimo; a la muerte que aparentemente se ve, se contrapone la vida que esconde la escultura.
La tradición cristiana nos propone la muerte de Cristo paralela a su resurrección, en otras palabras a la vida, lo cual es plenamente observable en La Piedad si la miramos a la luz de la vida y no de la muerte.
En La Piedad, los clavos y la corona de espinas, símbolos de la muerte, aparecen en el piso, derribadas por la vida, vencidos por el renacer. Cristo se encuentra en los brazos de su madre como todo niño recien nacido, que al primer lugar donde va despues de salir del vientre es a los brazos de su progenitora como tratando de obtener la protección y el calor reemplazante del espacio que acaba de dejar. La escasa ropa con la que aparece, que en realidad no debió existir como manera de burla a su muerte, es en realidad muestra de la manera como todos nacemos, desnudos o envueltos en unas escasas toallas. Su rostro se aprecia como inherte, por el profundo sueño que caracteriza los primeros dias o meses de vida de una criatura en el cual esta sumergido.
Ahora dirigiendo la mirada a Maria, la madre, podemos visualizar la posición de su cabeza un poco inclinada hacia arriba, con la mirada fija en el cielo, como expresandole a su deidad las gracias por lo que acaba de ocurrir,la vida. Su rostro parece de angustia y de llanto, pero es muy comprensible si lo comparamos con un pabellón de neonatos donde casi todas las madres expresan la alegria del naciemiento de un hijo con lagrimas en los ojos y una mezcla de preocupación por todo lo que se va a presentar en la vida del infante.
lunes, 12 de octubre de 2009
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