miércoles, 15 de junio de 2011

Ciudad, Ciudadano y Ciudadanía

Vivir en una ciudad es indiscutiblemente estar expuesto a todos los riesgos que ésta tiene, desde el más insignificante hasta el mayor de ellos. A diario, caminar por las calles se convierte en una batalla contra la supervivencia o si mejor se quiere, un “desafío 2011 la lucha de mi ciudad” al estilo de reality show. Nunca se sabe dónde ni cuándo se quedará eliminado, o lo que es peor aún, qué secuelas va a dejar el juego de la vida.

Los seres humanos, muchas veces nos preguntamos cómo alguien que es igual a nosotros en su condición de humano, es capaz de cometer atrocidades contra su misma especie; en ese momento ponemos en duda y en cuestionamiento los valores y la moral de esa persona que no es capaz de vivir en comunidad, pero que aún así es llamado ciudadano por el solo hecho de portar un documento que lo designa como éste; cuando ser ciudadano, debería traducirse en capacidad para convivir con otros, independientemente de su condición, raza u origen, pues todos hacemos parte de un mismo lugar que se llama Tierra, vivimos en un mismo globo terráqueo al cual le dicen por sus cualidades: “el planeta azul”.

Si tenemos en cuenta lo anterior, podríamos hablar de ciudadanos del planeta, del globo, o “ciudadanos globalizados”; pero volvemos y cuestionamos si tiene sentido que se creen personas con un código universal de derechos que los rigen y a la vez los enmarquen dentro de un mismo comercio que los hace casi idénticos en su manera de vestir, de pensar, de actuar y de consumir, arrasando con las diferencias culturales de cada región, porque lo que interesa, no es crear “ciudadanos del mundo” con consciencia social de éste, sino hombres “consumidores del mundo” que agoten cada día sus recursos en vez de aprovechar su diversidad, porque no tienen la oportunidad de traspasar sus fronteras, porque siguen siendo pertenecientes a unos metros cuadrados de tierra donde nacieron, como si éstos no pertenecieran al Planeta Global.

Filosofía, Psicopatología y Cuerpo

En la actualidad, solemos denominar o pensar acerca de la filosofía, como una disciplina encargada de la discursiva de los fenómenos, o como una simple teoría del conocimiento competente a ciertas áreas y se nos hace casi imposible pensar en ella, como una ciencia práctica aplicable a nuestras actuales profesiones. De esta manera, estamos volcando nuestra mirada y la estamos desviando del propósito y de la concepción inicial que los filósofos tuvieron de ella, pues estos la concebían como un estilo de vida, como una manera de encontrarle sentido a la existencia, como un “ars vivendi”, como una manera de lograr sincronía con la naturaleza, en resumidas cuentas, como manera de obtener “salud mental” y ésta solo puede ser lograda de manera práctica (Sampson, 2000). Así pues que para los filósofos, su teoría y reflexión más que ser simple palabrerías, era psicoterapia, era práctica.

Otra disciplina que desde la antigüedad ha tenido un impacto sobre las personas, ha sido la medicina, pero tampoco entendida como la medicina actual, sino como una medicina únicamente corporal, donde los procesos mentales o de la “psique” eran aún incomprendidos y es desde esta perspectiva como nos encontramos con prácticas como las craneotomías, para “expulsar los espíritus” que hacían a la gente actuar de manera desordenada. Quienes eran encargados de estos fenómenos del alma, era la filosofía o “medicina del alma”.

Desde la filosofía, se nos ha planteado un dualismo entre cuerpo y alma, pero este dualismo no solo es cartesiano, también Platón consideró al cuerpo como prisión del alma; Pitágoras como tumba del alma; Kant lo hace preso de la razón; y el cristianismo, producto de su influencia de los filósofos, por mucho tiempo adopto esta concepción dual del ser humano. Pero este dualismo con el paso del tiempo, ha tenido que replantear su posición y asumir al hombre, como una unidad de mente y cuerpo. Si bien la opción dual se ha tenido que repensar, fue esta concepción, la que permitió a los estudiosos del cuerpo y de sus enfermedades (medicina) y a los estudiosos del “alma” o más bien “mente” (filosofía), encontrar puntos de convergencia sobre los cuales formular una psicopatología, desde una tradición medico-filosófica (Sampson, 2000). A partir de ese momento se comenzó un trabajo conjunto interdisciplinar, donde las enfermedades del alma se daban, porque existía un cuerpo (Sampson, 2000).

De esta manera hemos llegado a un tema que me parece importante tocar y es el del cuerpo, pues es este el que sufre las patologías que hasta nuestros días hemos logrado explorar; como decía Jaspers “Para el hombre…es base de su enfermedad su imperfección” (Portuondo, 2007) .

“El cuerpo es lenguaje…cuando mis palabras no son suficientes o cuando no se puede verbalizar y expresar con palabras lo que queremos decir” (Enrique León, 2005) y éste habla a través de sus manifestaciones biológicas, a través de reacciones a desequilibrios, los cuales llamamos síntomas.
Desde una concepción freudiana, hablaríamos del síntoma como una manifestación de los conflictos existentes entre las estructuras psíquicas; y son estos conflictos, estos desequilibrios, estos síntomas, los que demarcan cada tipo de psicopatología. Con la llegada de una patología, el cuerpo pasa de ser un ente que interviene, a ser un objeto que debe ser atendido y es por eso que cuesta tanto la aceptación de ella, pues cambia la dinámica de vida; pasamos de trabajar, estudiar, pasear, divertirnos, comer, etc.… para dedicarnos exclusivamente a la resolución o tratamiento del problema; es por esto también que los griegos, le daban vital importancia al cuerpo y vivían casi que bajo una idea de “divinidad corporal”, incluso, lo que el hombre comía no era lo que comían los animales y si comía lo mismo, sobrevendría el sufrimiento (Sampson, 2000), para poder así, conservarse íntegramente. En la actualidad, poseemos a nuestro alrededor personas que parecerían “griegos extremistas”, pues le otorgan una divinidad al cuerpo y se sumergen tanto en la cultura “DIET” (Enrique León, 2005), que sin pensarlo, llegan a desarrollar patologías como la anorexia y bulimia; claro está que no pretendo generar sentimientos aversivos hacia el cuerpo, pues un cuerpo despreciado, silenciado, paralizado y fragmentado, desenlaza también en problemas; antes bien, lo que busco es desinstrumentalizar el cuerpo como objeto de consumo o que se puede vender, porque cuando el cuerpo es considerado como un instrumento y nada más, es cuando se presenta el origen de la enfermedad psicológica.

Encuentro pertinente finalizar con esta reflexión de Enrique Arbeláez, sobre el cuerpo como instrumento: “ Nuestra cultura es una cultura del cuerpo, pero de ese que nos presentó Descartes como “cosa extensa”, privándolo de sentido; ese cuerpo objeto regido por leyes físicas, cuantificado y en movimiento; es el cuerpo cosificado, descentrado del sujeto, desacralizado y asimilado al cadáver” (Enrique León, 2005).

Un acercamiento a la nueva masculinidad

A lo largo de la historia, los hombres han tenido que cumplir con unos prototipos o roles de género, que la cultura a la cual pertenezcan o la sociedad en la cual habiten les impone. Como ejemplo de esto, vemos que la sociedad occidental le exige a los hombres para ser aprobados como viriles, la posesión de riquezas, poder, posición social, mujeres atractivas, devaluación de lo femenino, inhibición de emociones, agresividad, satisfacción sexual y tener capacidad de erección y eyaculación perdurable. Si alguna de estas exigencias falla, la construcción social de masculinidad tomará posición sobre éste y lo considerará como afeminado.

Estos rótulos que se les ha dado a los hombres que no cumplen con los roles esperados, han ido teniendo una transformación en el presente siglo; y esa concepción hegemónica de las sociedades patriarcales, se ha venido a pique con el panorama en que viven actualmente los seres humanos. Cada día, situaciones como el desempleo, la jubilación, los acontecimientos no normativos, enfrentan a los hombres a conflictos con respecto a las exigencias del medio y lo demuestran frágil ante las experiencias negativas, dando como resultado un comportamiento nuevo a las expectativas del grupo social.

Estos conflictos a los que me he referido, no son solo experimentados por adultos; los adolescentes también lo sufren, aunque de una manera diferente. “a los 12 o 13 años, atraviesan una fase de indeterminación que neutraliza completamente la sexualidad… vivían una atracción amorosa por el mismo sexo.” (Dolto, 1990) También hay quienes no sienten atracción por otra persona del mismo sexo, sino que asumen actitudes o comportamientos del sexo opuesto, sin que esto signifique que tienen una preferencia genérica homosexual, pero es ésta, la interpretación que socialmente se le da. Se hace pertinente en este punto, hacer una breve explicación de algunos conceptos básicos de la sexualidad. El primero de ellos es el sexo: este hace referencia a la biología con la que cada persona nace; se tiene pene y testículos en el caso de los hombres o se tiene vulva en el caso de las mujeres. El segundo es la identidad: que hace referencia a cómo se siente la persona, si se siente hombre o si se siente mujer y esto no necesariamente tiene que concordar con su sexo. El tercero es el rol de género: que son los comportamientos que socialmente se esperan que asuma un hombre y una mujer. Y el último de ellos es la preferencia genérica: que es la atracción que se siente por los hombres, las mujeres o ambos.

Con los anteriores conceptos claros, quiero retornar a los conflictos que se presentan al romper con los imaginarios colectivos de la sociedad cuando un hombre asume comportamientos considerados del sexo femenino. Como es claro que los adolescentes y en general los hombres en ocasiones asumen papeles característicos de las mujeres, se hace necesario tomar una nueva postura que cuestione la hegemonía patriarcal anteriormente mencionada y que resuelva los problemas internos y sociales que sufren aquellos que no pueden mantener el ideal social. Para ello, se ha venido haciendo referencia a un término conocido como la androginia; una conjunción entre el hombre y la mujer, para hacer a un lado la exageración de diferencias entre los sexos y prestarle más atención a sus semejanzas. La androginia pues, al ser una conjunción entre lo masculino y lo femenino, permite que se abran más posibilidades para que los rasgos de ambos, se presenten indistintamente y les permita responder de forma más efectiva, o adaptarse de mejor manera a las situaciones cambiantes del mundo, a esos acontecimientos que generan el conflicto y así adquirir un mejor funcionamiento global. (Patiño, 2009) La androginia entonces, está ligada a los roles de género que se asumen en un concepto de nueva masculinidad, entendida no bajo los parámetros hegemónicos, sino desde una comprensión del ser como mezcla de ambos sexos; permitiéndole a esos “machos” demostrar que también atraviesan momentos de fragilidad, carecen de poderío, o simplemente que pueden expresar libremente sus sentimientos.

Asumiendo la androginia como una posibilidad de nueva masculinidad, se descargan las tensiones que a lo largo del tiempo han llevado los hombres que ante ciertas situaciones, sienten que deben actuar de una manera diferente a las exigencias, que respondiendo de otra manera obtienen más logros que fracasos, pues han encontrado un punto de ajuste psicológico y social. La nueva masculinidad entiende y asume que el uso de comportamientos del otro sexo, no es sinónimo de homosexualidad; contrario a esto, las personas andróginas perfectamente podrían presentar una tipología de sexo masculino, identidad masculina, rol de género andrógino (masculino y femenino) y preferencia genérica heterosexual.

Ante las actitudes de “machismo” que se siguen presentando en las culturas, hoy las investigaciones plantean que los comportamientos andróginos, son más saludables, tienen mejor autoestima, autoeficacia, tienen más posibilidades de elegir comportamientos adecuados para cada situación y lograr mayor flexibilidad y adaptación a los entornos.

martes, 4 de mayo de 2010

La Lengua de las Mariposas

En el siguiente texto, quiero exponer las ideas que tengo de lo que podría ser una pertinente metodología educativa, basado en la película vista y en las teorías trabajada durante el semestre.

Inicialmente, es importante definir claridades sobre las funciones de lo que es un maestro y un alumno; el maestro, es el principal encargado de la enseñanza, es quien debe transmitir y dirigir el conocimiento, ya que es él quien posee dominio de los temas a trabajar, es el que diseña el plan bajo el cual se va a orientar la dinámica de las sesiones y es el principal motivador para que sus alumnos obtengan de la manera más productiva el aprendizaje; el alumno, es el primer beneficiado del conocimiento del maestro, es el que en un primer instante llega a una sesión a aprender, puesto que el maestro también puede hacerlo, pero el motivo que lleva al alumno a un aula, es la sed de aprendizaje, es además el responsable de las actividades propuestas y como éste, debe responder a las direcciones que se le den.

La película la “lengua de las mariposas”, nos muestra esta relación bidireccional entre un docente y un alumno, allí podemos ver de qué manera el docente hace sus exposiciones de los temas, es de notar, la pasión que le imprime a la enseñanza y es gracias a esto, que logra suscitar en sus estudiantes empatía con él a pesar de su edad, el respeto a sus órdenes y la motivación hacia el aprendizaje. En términos de la teoría, podríamos decir que el docente trabaja desde un aprendizaje significativo, que es el artífice del “andamiaje” del que habla Vigotsky y que los niños han identificado en él, un modelo a seguir (modelamiento, aprendizaje por observación Bandura). Algo similar podríamos decir de los niños, pues ellos también se motivan al aprendizaje y propician el trabajo del docente, están dispuestos a su enseñanza y son co-constructores del proceso, ellos están obteniendo el aprendizaje significativamente, además su relación con los otros compañeros y con las familias (el entorno sociocultural) les brinda herramientas en la construcción de ese aprendizaje.

Piaget, propone que el aprendizaje es un proceso de construcción, el hombre se construye a sí mismo y construye su aprendizaje ayudado de sus esquemas y de la adquisición de otros por medio de la acción; en esto estoy de acuerdo con él, pero considero necesaria una conjugación de esto, con la teoría de Ausbel, en la que esos esquemas que se tienen, se relacionan con los nuevos presentados por el docente y se logra un aprendizaje más provechoso. Todo el trabajo no puede ser parte del alumno, ni parte del docente, debe existir la mediación entre los dos de manera que el alumno construya conocimiento, pero no deliberadamente, ni a su manera, pues apenas es un agente en formación y tiende en bastante porcentaje al error. Esa construcción la tiene que hacer guiada del docente y asesorada por él, para la corrección de esos errores.

A partir de lo anterior, quiero decir que las dinámicas de clase no pueden ser limitantes, no se pueden delegar solo a la clase magistral del docente, pero tampoco se puede hacer completamente constructivistas por parte del alumno, se tiene que encontrar el punto de equilibrio. En ocasiones los docentes se han dedicado a responsabilizar a los estudiantes del completo aprendizaje y lo han hecho por medio de las exposiciones, que si bien es una buena metodología, no se puede reducir el trabajo de clase solo a ellas, porque se corre el riesgo de no recibir la mejor información por parte de sus compañeros, tanto porque no poseen el completo conocimiento, como porque a veces las enseñanzas no son las mejor intencionadas. Como se vio en la película, uno de los niños incitó al niño protagonista a que lo acompañara a ver algo y en el camino le iba explicando y enseñando que era lo que iba a ver, lo que vieron fue una pareja teniendo sexo. Así que, en circunstancias lo que los demás quieren enseñarnos, no es lo más apropiado.

La película, fue de gran provecho para las temáticas de la asignatura procesos psicológicos básicos, pues en ella se ven reflejados todos los temas de aprendizaje e inteligencia que se trabajaron durante el semestre. Quiero antes de terminar, mencionar un pequeño condicionamiento y extinción del mismo en poco tiempo. El niño en su primer día de clase, durante su presentación, los compañeros se burlan de él y no tiene el control de sus esfínteres, sale de clase y del colegio y le expresa a su mamá que no quiere volver, ella lo invita a volver al día siguiente, y con la ayuda de su maestro logra darse cuenta que lo que ocurrió fue un suceso pasajero y se incorpora de muy buena manera a su grupo.

miércoles, 7 de abril de 2010

Mujer

El día internacional de la mujer, es una fecha que conmemora la lucha de las mujeres por su igualdad con los hombres a nivel personal y social.

Muy asertivamente, aunque de manera pintoresca, pero con un alto sentido teológico, el libro del Génesis en su narración de la creación nos dice: “Dios hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez con carne. De esa costilla Dios hizo una mujer” (Gn 2,21-22).

Vale la pena resaltar el lugar que escoge Dios para hacer a la mujer, la costilla. Teológicamente, el que Dios haya hecho a la mujer de una costilla no significa que esté subordinada al hombre por ser parte de él, sino que significa que es igual a el por haber sido sacada del centro del cuerpo del hombre. La mujer no fue hecha de la cabeza, para no ser superior al hombre, pero tampoco fue hecha de los pies para no ser inferior; fue hecha de la mitad del cuerpo para representar su igualdad.

Es en este punto en el que convergen las intenciones de las mujeres de la revolución industrial y el plan de Dios.

Estudiantes del Apocalipsis

La educación colombiana, cada día propende por conseguir un alto grado investigativo en sus proyectos educativos, en aras de lograr el nivel académico y de desarrollo de los países del primer mundo; pero al mismo tiempo, Colombia tiene ciertos impedimentos para que se logre ese objetivo.

En Colombia, aun no se ha conseguido obtener el material bibliográfico necesario para hacer investigaciones al nivel de Europa, las bibliotecas, por meras cuestiones históricas, no llegarán a ser las mismas, mucho menos cuando la cultura cada vez está mas ensañada en las consultas por red. Otra dificultad es que las facultades de educación, se han quedado repitiendo las instrucciones pedagógicas de los grandes maestros, pero no las leen a la luz de la situación actual (a excepción de algunos muy buenos que conozco) e incluso si se interpretaran bien, aun queda un último fantasma en esta historia: los estudiantes.
El estudiante colombiano es una persona conformista, producto de la historia que ha tenido que vivir, siempre pendiendo de otras personas que les reparten las migajas de sus sobras; además no ha forjado ese espíritu investigativo y lastimosamente, mientras se quede encerrado entre sus fronteras que no lo desligan a su cultura, no lo adquirirá, caso contrario de quienes salen a buscar estudios superiores a otros paises, que inmediatamente se enculturan con esa región y pareciera que tantos años de desarrollo en un territorio, cayeran por la borda al encontrar algo mejor (no es crítica, pues yo haría lo mismo).

El estudiante colombiano, es una persona que todo su trabajo lo deja para el momento último, para el apocalipsis, en el que no verán calles de oro ni ríos de cristal, sino demonios con siete cabezas porque "los ha cogido la tarde" y es EL FIN

jueves, 12 de noviembre de 2009

Escuela de Mujeres: La pobreza como subordinación

En ocasiones, la pobreza es vista como sinónimo de subordinación y chantaje, puesto que por un lado, existen personas que viven en condiciones inhumanas, capaces de hacer cualquier cosa por subsistir y poder mitigar sus necesidades; y por el otro, hay quienes gozan de ciertos privilegios económicos, privilegios que generalmente se traducen en poder y sometimiento frente a los menos favorecidos.

Escuela de mujeres, bajo los personajes de Arnolfo, Alano y Georgina, es gráfica en la presentación de este problema; ya que siendo el primero (Arnolfo), un hombre adinerado, constantemente está incurriendo en esta práctica frente a sus dos sirvientes (Alano y Georgina), en la medida que saca provecho de sus múltiples recursos y de los escasos medios de sus trabajadores, para hacerlos actuar de la manera que a él le conviene.

Alano y Georgina, con la esperanza de mejorar su nivel de vida y suplir sus necesidades, solo les queda dejarse dominar por el poder que representa su patrón y seguir subordinados a sus complacencias por unos cuantos escudos.